Mucho nos ha cambiado la vida en las últimas semanas…
En Velatia hemos vivido este proceso en todas sus fases, desde sus inicios en China hasta su despliegue por el resto del mundo, llegando a todos los países y afectando a todos los mercados en los que desarrollamos nuestra actividad. Vivimos las dudas iniciales, sufrimos la certeza de la pandemia y parece que por un tiempo nos quedaremos en la incertidumbre.
Sin embargo, no es momento para preguntarse si la vimos venir, ni siquiera pretendo entrar en si las decisiones fueron siempre las correctas. Es el momento de concentrarse en lo que tenemos delante, afrontarlo con decisión y, ¿por qué no?, sacar todo lo positivo que podamos de esta crisis. Y creo que hay tres cuestiones que yo tengo muy presentes después de estas semanas.
La primera es la importancia de la industria, de producir en Km 0 y de no apostar únicamente por una sociedad de servicios. Las sociedades que disfrutan de mejores niveles de vida y de bienestar y más estables son, sin duda, aquellas que tienen un sector industrial con un peso importante en el PIB. Debemos recuperar el cariño por la industria, porque de ella se derivan puestos de trabajo de calidad y toda una cadena de servicios relacionados, la denominada industria del conocimiento. La industria es un bien que debemos proteger y potenciar.
La segunda cuestión es la flexibilidad. Los planteamientos rígidos están fuera de lugar en unas empresas que deben saber adaptarse a las exigencias del mercado e incluso a pandemias como la vivida, que hacen saltar por los aires cualquier proyección que se hubiese preparado a principios de año. Es necesaria la flexibilidad para poder cuidar a las personas, atender las necesidades de los clientes y garantizar los servicios esenciales a una sociedad que, confinada, requiere como nunca lo que conocemos como servicios básicos: alimentación, energía, comunicaciones e información.
La tercera cuestión, y para mí la más importante, es el compromiso. El compromiso que estamos viendo en las personas que proporcionan los servicios básicos y esenciales. Yo tengo la satisfacción de vivir en primera línea el compromiso de las más de 3.000 personas que conforman Velatia y que desde sus casas o desde la línea de producción se comprometen para poner a disposición del conjunto de la sociedad productos y servicios para garantizar elementos esenciales como la energía eléctrica o las comunicaciones seguras. Un compromiso llevado desde la ilusión y el esfuerzo que supone trabajar en unas circunstancias laborales y emocionales extraordinariamente exigentes. Aprovecho estas líneas para dar testimonio de mi agradecimiento, mi reconocimiento. Por delante tenemos retos importantes y diversos.
No dispongo de una fórmula magistral para solucionarlo todo, pero en momentos de incertidumbre suelo recurrir a una cita clásica: ‘El único lugar donde éxito va antes que trabajo es en el diccionario’. Así que tenemos muchas horas de esfuerzo y sacrificio compartido por delante, como individuos, familia, empresa y sociedad. Pero también tengo claro que esa recuperación pasará por la industria, la flexibilidad y el compromiso. En nuestras manos está hacerlo posible.
Transcripción de la Columna de Opinión de Javier Ormazabal en el periódico El Correo