Un informe elaborado por Cornwall Insight y Turner & Townsend duplica la actual capacidad instalada de las renovables en Bolivia para el final de la década
Bolivia se encuentra, al igual que muchos otros países, ante la enorme oportunidad que supone la transformación de su modelo energético. El país, que cuenta con importantes recursos naturales claves para financiar la transición energética o para la creación de un sistema de almacenamiento de energía, cuenta además con un más que destacable potencial para impulsar el uso de las renovables. Así, un informe encargado por la Embajada del Reino Unido para Bolivia, y elaborado por la consultora Cornwall Insight y Turner & Townsend, cifra la capacidad instalada de las renovables en Bolivia en 2GW para el año 2030. Un dato que supondría, prácticamente, duplicar los actuales 1.036 MW de capacidad renovables instalada (de los que 120 MW se corresponden a energía fotovoltaica), según las estadística de IRENA (Agencia Internacional de la Energía Renovable, por sus siglas en inglés) de 2020.
El informe, titulado “The development of a national energy transition strategy for Bolivia (2021-2051)”, fue presentado por el presidente de la COP 26, el diputado Alok Sharma, al presidente boliviano, Luis Arce. Además, este entregable, que pone su mirada en el potencial de las renovables en Bolivia, expone cinco grandes conclusiones:
- Bolivia está posicionada para abordar con éxito sus retos de transición energética.
- Su potencial de capacidad renovable instalada es de 2GW para 2030.
- La transición hacia una economía más electrificada representaría una oportunidad económica sostenible para el país latinoamericano.
- La reserva de recursos naturales de Bolivia puede ayudar a impulsar esta transición energética.
- Las reservas de gas bolivianas le permiten exportar suministros adicionales si la capacidad renovable sustituye a las plantas de gas, lo que supone otra oportunidad económica.
Si bien el informe destaca su potencial renovable, la radiografía del sector eléctrico boliviano es aún diferente al escenario que podría alcanzar. La matriz de generación eléctrica estaba compuesta, en 2019, por 72,73% de termoelectricidad, 22,95% de hidroelectricidad y 4,32% de otras fuentes de energías alternativas (solar, eólica y biomasa), con una capacidad instalada de 3 302 MW.
Además, organizaciones como WWF sostienen que, en el plazo de 20 años la energía solar fotovoltaica boliviana podría multiplicar por 20 las actuales reservas probadas de petróleo y gas natural; así como la hidroelectricidad, en ese mismo espacio temporal, cuenta con el potencial de generar una cantidad de energía equivalente a las actuales reservas probadas de hidrocarburos en el país. Datos que no hacen sino destacar el futuro potencial de las renovables en Bolivia.