Tras una década de parón en el sector de la energía solar fotovoltaica, varios factores parecen indicar que España podría volver a ser foco de inversiones
España, el que fuera país pionero en el uso de energía solar en la generación eléctrica, parece ver la luz al final del túnel. Y es que, tras una década «negra» en la que la inversión en la generación solar ha quedado totalmente estancada, el mercado comienza a dar signos de actividad.
Así lo atestiguan varios factores que hoy trataremos de poner sobre la mesa. ¿Nos acompañas en este particular viaje para entender el futuro de la energía solar en España?
Previo a esclarecer cuáles pueden ser las claves de este sector, debemos viajar unos años atrás para dar unas pinceladas de historia. En concreto a finales de los años 90 y principios de los 2000.
España era una economía pujante en la que la demanda energética, en continuo crecimiento, precisaba de nuevas fuentes de generación capaces de alimentar a una red en expansión.
El «Plan de Fomento de las Energías Renovables (2000-2010)» fue el pistoletazo de salida para una política de inclusión de las energías verdes. Una política que se esperaba alimentasen el 29,4% de la demanda eléctrica estatal para el año 2010.
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Fueron años de gran auge de las energías renovables, impulsadas en gran parte por las subvenciones gubernamentales que hicieron proliferar parques eólicos y fotovoltaicos a lo largo y ancho de la península.
En 2007, según se puede obtener de los datos ofrecidos por Red Eléctrica de España, el país contaba con 637 megavatios de fotovoltaica, cifra que, tan solo un año después, se multiplicó por cinco, llegando a los 3.355.
Esta expansión tuvo su final con la llegada de la crisis y la consecuente caída de demanda energética y de subvenciones, así lo demuestra que hoy por hoy la cifra de potencia fotovoltaica instalada haya quedado estancada en los 4.675 MW y que la demanda de energía eléctrica siga en niveles previos a la crisis.
Ahora que hemos dado este pequeño paseo por la historia energética de España, podemos comenzar nuestro viaje hacia las 3 claves que pueden dar la vuelta a esta situación. Vamos allá.
Rentabilidad de la energía fotovoltaica
Si existe un factor clave que puede hacer resurgir la energía solar en España, este es el de la rentabilidad. Y es que, si bien en los años dorados de la energía verde española, su instalación no era competitiva frente a otras alternativas clásicas más contaminantes, hoy por hoy la energía solar es una de las mejores opciones a la hora de acometer una inversión en generación eléctrica.
Actualmente el coste de las placas de energía fotovoltaica, debido en parte al mayor rendimiento de los materiales, es diez veces más barato de lo que era hace una década, lo que hace de esta fuente de generación una energía más que competitiva sin necesidad de ningún tipo de subvención.
Esta situación se ha demostrado en la última subasta de renovables que se ha celebrado en España, donde del total de 5MW, 4MW fueron adjudicados, a 32 euros/MW a la energía fotovoltaica.
Pese a esto, existe un riesgo de volatilidad en el coste debido al lugar de fabricación de la gran mayoría de las placas: China. Tras, prácticamente, acaparar la producción, el gigante asiático se encuentra en una situación de ventaja competitiva a la hora de fijar los precios de sus productos para los que no tiene apenas competencia, algo que podría encarecer el precio de las placas.
Compromisos medioambientales (Acuerdos de París)
La segunda clave para poder pensar en una nueva edad de oro de la energía fotovoltaica en España son los acuerdos medioambientales firmados en París, en los que España no se sitúa en la mejor posición, tal y como expone el Índice de Actuación Climática (Climate Change Performance Index), elaborado por la red de organizaciones no gubernamentales Climate Action Network (CAN) y GermanWatch y que sitúa al país ibérico en el lugar 35 de un total de 57 estados.
Dichos acuerdos comprometen a los firmantes a mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C sobre los niveles preindustriales. En concreto a 1,5 °C. Cifra que permitiría reducir considerablemente los riesgos y el impacto del cambio climático.
Para ello es necesario una descarbonización del modelo energético de estos países, algo que se aplica en el caso de España. Así, se deben buscar alternativas en generación eléctrica a las energías emisoras de CO2. Por lo que las energías renovables, y por tanto la fotovoltaica solar, tendrán mucho que decir para lograr dichos retos.
El país con más horas de sol
España es el país de Europa con mayor radiación solar. Algo que supone una oportunidad de inversión en energías de este tipo. Pese a estas cifras, países como Alemania, con muchas menos horas de radiación solar y una extensión similar a la de España, multiplican por nueve la cifra de potencia solar disponible: 40.000 MW.
Tal y como se puede extraer del EUSTAT, este tipo de generación eléctrica supone el 13,5% de toda la energía renovable que se produce en España. Donde la eólica, con un 49,8% y la hidráulica, con un 31,1%, superan con creces a la solar.
Datos que hacen indicar que esta energía tiene aún mucho terreno por recorrer hasta llegar a las cuotas que le corresponden.