En el mundo despegan más de 30.000.000 de aviones cada año, y la cifra sigue subiendo. Pero, ¿sabes cómo funciona el motor a reacción de un avión? En esta entrega de Smart&Easy de Velatia te lo explicamos
Ya sea por un motivo a celebrar como unas vacaciones a un destino de ensueño, o por una razón de necesidad o trabajo, durante tu vida has utilizado o utilizarás un avión como un método de transporte. Puede que les tengas pánico o que adores esa sensación de volar que el ser humano ha perseguido desde el principio de los tiempos, pero lo cierto es que más de una vez te habrás preguntado cómo el motor a reacción hace funcionar estas fascinantes máquinas que son capaces de transportarnos de un lugar del globo a otro en un breve periodo de tiempo.
Siendo purista, la verdadera pregunta sería cómo funciona el motor a reacción de un avión. Y es que, el avión comercial que conoces, sí, ese en el que te peleas para no facturar tu maleta, funciona en una amplia mayoría de los casos a través de un motor a reacción (jet). ¿Suena interesante? Pues esto no acaba más que empezar. Sigue leyendo y hoy te explicaremos cómo hemos podido alcanzar el sueño de los hermanos Wright: volar.
¿Por qué vuela un avión?
El sector aeronáutico se trata de uno de las actividades humanas donde más exigencia y rigurosidad se exige a la hora de la fabricación de las piezas que forman parte de un avión, ¿pero tan complejo es el motivo por el que una máquina tan pesada es capaz de alzar el vuelo? La realidad es que sí, pero, como todo en esta vida, tiene una explicación racional a la par que sencilla.
Imagínate que cogemos un globo lleno de aire al que le soltamos el nudo. ¿Cuál es el resultado? Que el aire encerrado en el interior del globo busca salir, de manera abrupta, a través del extremo abierto del globo, por lo que nuestro globo de colores saldrá disparado en cualquier dirección. Pues sí, querido lector, así funciona el motor a reacción de un avión, mediante el impulso de una corriente de aire que sale a través del extremo del motor.
A estas alturas, te habrás dado cuenta de que es un poco más complejo que esto, y que si queremos saber por qué vuela un avión, tenemos que profundizar un poco más. Allá vamos.
Los grandes bloques de un motor a reacción
Un motor a reacción convencional se divide en cuatro grandes bloques: admisión, compresión, combustión y escape.
En la parte delantera (admisión), una gran hélice absorbe el aire y lo conduce tanto al interior del motor como por el exterior, rodeando el núcleo de la turbina. Es, a través de este núcleo, situado, como no podía ser de otra manera, justo en el centro del motor, donde el aire avanza hacia el compresor.
¿Recuerdas a nuestro querido globo? Pues al igual que cuando lo presionas, el aire que llega a la zona de compresión se oprime de una manera brutal, pasando a la cámara de combustión, donde se mezcla con el combustible del motor. Imagina una gran corriente de aire caliente que se expande de manera colosal en una cámara estanca, creando un chorro de alta velocidad que se proyecta hacia la parte trasera del motor de un avión mientras este sale despegado, nunca mejor dicho, hacia adelante.
Cuanto mayor es la velocidad, mayor es la fuerza de empuje del motor. En ese momento, donde la temperatura de nuestro motor a reacción alcanza los 1.500 grados centígrados, casi nada, ¿verdad?, las piezas demuestran esa calidad y exigencia a las que están sometidas. Nada puede fallar.
El chorro de aire caliente también hace girar a la turbina del avión, conectada a la parte delantera del motor por un eje. Como si se tratase de un molino de viento. Piensa que cada pala de esta turbina de alta presión empuja con una fuerza similar a la de un coche de Fórmula 1.
El exceso de aire caliente sale a gran velocidad por la parte trasera del motor (escape), generando la energía necesaria para que el avión llegue a tiempo a su destino. Así vuela un avión.
Si después de todo, aún no te ha quedado claro cómo funciona un motor a reacción, no te preocupes. Seguro que este vídeo aclara tus dudas: